La alcachofa es una de las piezas fundamentales de la ducha. Su limpieza se debe realizar individualmente para eliminar cualquier mancha y hacer que vuelva a lucir como el primer día. Pero, ¿sabes cómo hacerla de forma correcta? ¡No te pierdas este post!

Cómo limpiar la alcachofa de la ducha

Alcachofa ducha

En primer lugar, lo que debes hacer es desenroscar el cabezal de la ducha del mango flexible. Hazlo con sumo cuidado. Hecha la separación, sumerge la pieza en un liquido limpiador durante unos 20 0 30 minutos. Puedes decantarte por un producto natural como el vinagre blanco o por uno específico de limpieza que no dañe la superficie.

Transcurrido el tiempo, puedes hacer uso de un cepillo de dientes para quitar los restos de cal de la alcachofa. Si todas las manchas han desaparecido, aclara la pieza con agua caliente y sécala de inmediato. Si no es así, añade bicarbonato a una mezcla de agua y vinagre para formar una pasta. Empapa bien  la zona de los orificios por donde sale el agua y procede de la misma forma.

Hecha la limpieza, vuelve a armar la alcachofa enroscándola en el cabezal de la ducha. Te sorprenderá el resultado y te encantará ver su aspecto limpio y reluciente.

¿Y si la alcachofa de la ducha es fija?

Ducha fija

Si la alcachofa de la ducha es fija y no puedes desenroscarla, tienes que limpiarla de otra forma totalmente diferente a la que te acabamos de indicar. Frota el rociador con una mezcla de agua y vinagre, cúbrelo con una bolsa de plástico, ciérrala con una goma y deja reposar durante toda la noche.

Por la mañana cuando te despiertes, retira la bolsa cuidadosamente y frota los orificios por donde sale el agua con un cepillo de dientes. Aclara el rociador y sécalo bien. Otra solución para que resplandezca es aplicar un spray específico para zonas difíciles. Lo mejor es que no tendrás que esperar tanto tiempo a que actúe.  

Lleva un mantenimiento

Es muy importante que haya un mantenimiento. Limpia la alcachofa de la ducha cada dos semanas o una vez al mes. Todo dependerá de la posible presencia de cal en el agua. Si se trata de un problema muy habitual, la solución puede estar en adquirir una grifería de ducha con un sistema antical.

Igualmente, tras cada ducha, es más que recomendable que seques la alcachofa para eliminar los restos de agua y de los productos de higiene que hayas utilizado. Es algo tan sencillo como retirar las gotas con un paño seco. No te llevará mucho tiempo. Haz lo propio con el resto de la ducha y ventila el cuarto de baño. Así evitarás que haya focos de humedad.

Respecto a la limpieza del resto de la ducha, como la mampara o el plato, también puedes optar por alguna solución con vinagre, independientemente de cuál sea el material con el que están hechos. Mientras, para los azulejos es ideal el bicarbonato de sodio, pues consta de un gran poder desincrustante y desengrasante. ¡No habrá mancha que se le resista!