Con el paso del tiempo, el color de la grifería de tu hogar puede que necesite una restauración. O quizás solo te apetezca cambiar su tonalidad por motivos decorativos. En cualquier caso, en este post te contamos los pasos que hay que seguir para cambiar el color de los grifos. ¿Nos acompañas?
Limpia el grifo
Lo primero de todo es limpiar bien el grifo. Para ello, puedes recurrir a productos naturales como el bicarbonato de sodio. Mézclalo con agua o con vinagre para frotar el grifo. Deja reposar durante unos diez minutos y aclara con agua tibia. Este remedio es especialmente útil para eliminar las manchas más oscuras.
Otras opciones son el limón (córtalo por la mitad y frótalo contra la superficie del grifo antes de enjuagarlo y secarlo con una bayeta limpia); la sal gruesa, una solución sencilla para las manchas pequeñas si la diluyes en agua; y el vinagre blanco, que también tiene propiedades antibacterianas.
De normal, para el mantenimiento y limpieza de la grifería de tu hogar, evita los productos de limpieza abrasivos o disolventes, así como los estropajos y cepillos de cerdas. Usa en su lugar una simple bayeta o lana de acero, la más fina que encuentres en el mercado.
Lija la superficie del grifo y prepara el área
Realizada la limpieza, es momento de lijar la superficie del grifo. Utiliza un trozo de papel de lija de grano 180 para pasarlo por el grifo. Debes hacerlo hasta que sientas una gran aspereza al tacto. De esta forma, la pintura se adherirá mejor a la grifería de tu cuarto de baño o cocina.
Tras el lijado, limpia los residuos resultantes con un paño mojado y, acto seguido, seca el grifo con una bayeta totalmente limpia. Antes de empezar a pintar, tan solo te queda preparar la zona para así evitar manchar el resto de la estancia. Coloca cinta adhesiva en las áreas más próximas al grifo y cubre el resto del lavabo o fregadero, así como las paredes. Puedes usar bolsas, papel o el material que consideres.
Pinta el grifo
Llegamos al último paso: pintar el grifo. Emplea una pintura anticorrosiva a modo de primera capa de imprimación y déjala secar durante dos horas. El tipo de pintura a usar tras esta depende del acabado y color deseado. Sea cual sea, sigue las instrucciones del fabricante. Seguramente, debas aplicar capas adicionales a la primera cuando se seque.
¿La grifería está completamente seca y tiene el acabado esperado? Entonces, retira todo aquello que hayas dispuesto en la estancia para protegerla de la pintura, y ¡disfruta de tu recién renovada grifería! Puedes repetir el proceso siempre que desees darle un aire nuevo a tu hogar.
Si crees que no vas a realizar adecuadamente los pasos anteriores o quieres ir por la vía más fácil, cambia tu grifería por otra. Tienes diversas opciones: grifos blancos y negros que ofrecen un toque de elegancia y amplias posibilidades en cuanto a decoración; acabados en oro o de tonalidades más llamativas (rojo, verde, naranja…) para darle un aspecto juvenil a la estancia.