¿Recuerdas cuándo fue la última vez que limpiaste la escobilla del váter? Si no puedes hacerlo, ¡debes ponerte manos a la obra! Este utensilio entra en contacto con uno de los lugares del hogar donde habitan más gérmenes, por lo que requiere una debida atención y limpieza. A continuación, te mostramos todo lo que debes saber.
¿Con qué frecuencia se debe limpiar la escobilla del váter?
Dada la superficie con la que tiene contacto, la escobilla de baño, junto con su soporte, deben higienizarse después de cada uso. Así como pasar por un proceso de desinfección una vez al mes.
Ahora bien, la frecuencia de lavado va a depender de algunos hábitos. Ten en cuenta que si limpias la escobilla y la dejas secar bien antes de colocarla en el soporte, solo será necesario limpiar a fondo una vez al mes. Sin embargo, si te saltas estos pasos, el soporte requerirá una limpieza semanal.
Cómo hacer una limpieza rápida del cepillo para baño
Una vez aclarado cada cuánto se debe higienizar la escobilla del váter, veamos cómo realizar una limpieza rápida. Antes que nada, reúne un desinfectante en aerosol o peróxido de hidrógeno al 3 %, toallas desinfectantes y un paño de microfibra. Luego, sigue estos pasos:
- Después de limpiar el inodoro, asegúrate de descargarlo y enjuagar el cepillo de baño en el agua.
- Posteriormente, sostén el mango con el cabezal apuntando a la taza del váter y rocía de forma generosa el desinfectante o el peróxido de hidrógeno al 3%. Durante este proceso, gira la escobilla de modo que no quede ningún espacio sin rociar.
- Con una toalla desinfectante, limpia el mango. Mientras que con otra toalla, aprovecha para higienizar el soporte del cepillo por dentro y por fuera.
- Para que se seque, equilibra el mango de la escobilla entre la taza del inodoro y el asiento.
- Por último, utiliza el paño de microfibra para secar el soporte del cepillo y deja secar la escobilla al aire antes de colocarla dentro del soporte.
Cómo hacer una limpieza profunda de la escobilla de baño
Considera que este proceso de limpieza requiere un poco más de tiempo. Para llevarlo a cabo, necesitarás un limpiador universal o lavaplatos, agua caliente, guantes de goma, un balde y un paño de microfibra. Así mismo, los pasos a seguir son los siguientes:
- Llena el balde con agua hirviendo y vierte el limpiador universal o lavaplatos en la cantidad recomendada en la etiqueta del producto.
- Luego, sumerge el cepillo de baño y el soporte, y deja remojar por al menos 2 horas.
- Una vez pasado este tiempo, con ayuda de los guantes de goma, saca la escobilla y el soporte y enjuágalos con agua caliente.
- Procede a secar el mango de la escobilla y el soporte con un paño de microfibra, y permite que el cepillo se seque al aire antes de colocarlo en el soporte.
Cómo desinfectar la escobilla del váter
Como hemos mencionado, no basta con limpiar el cepillo. Se hace imperante desinfectar para poder acabar con los gérmenes y bacterias que se adhieren a sus hebras, mango y soporte. Por fortuna, dependiendo de tus hábitos, este puede ser un proceso que no deba realizarse de forma tan frecuente.
Para hacerlo, ten a la mano lejía, agua hirviendo, guantes de goma, un paño de microfibra, un balde, y ejecuta cada uno de los siguientes pasos:
- En un balde, vierte un galón de agua hirviendo. Así mismo, asegúrate de que esté en un lavabo, bañera o ducha, de modo que el cloro no vaya a arruinar el piso.
- Con ayuda de los guantes y alguna protección para los ojos, agrega una taza de lejía.
- Con cuidado, sumerge el cepillo y el soporte.
- Luego, deja remojar por una hora.
- Pasado este tiempo, y con los guantes puestos, procede a retirar la escobilla y el soporte.
- Enjuaga por al menos 30 segundos con agua caliente, ya que es preciso eliminar los restos de cloro.
- Finalmente, seca el mango del cepillo y el soporte con un paño de microfibra. También puedes dejar secando al aire libre antes de guardar.
Ahora, que ya sabes cómo limpiar la escobilla del váter, solo queda determinar cuándo es necesario reemplazarla. Considera que si esta es de cerdas de nailon, lo correcto es cuando estas comiencen a oler mal, estén decoloradas, quebradizas y se desprendan del cabezal. Por lo general, esto ocurre entre los seis y ocho meses de uso.