Con el tiempo, las juntas de los azulejos de la cocina o del cuarto de baño se oscurecen y dejan de lucir tan bonitas como el primer día. Para evitar que esto ocurra, te descubrimos cómo debes realizar su limpieza y los productos que puedes usar en la misma. ¡Quedarás asombrado con el resultado!

Productos que usar en la limpieza

En muchas ocasiones, los productos naturales son los mejores aliados en la limpieza del hogar. Uno de los más populares y recomendables es el bicarbonato. Mézclalo con un poco de agua caliente (o con vinagre si quieres potenciar su efecto) y aplícalo en las juntas de los azulejos con un cepillo. Al terminar, acláralo bien.  

Otra opción natural es el vinagre. Mézclalo igualmente con un poco de agua a temperatura ambiente e introduce el resultado en un pulverizador para aplicarlo mejor sobre la superficie. Déjalo actuar durante unos 10 o 15 minutos y procede a aclararlo. 

¿Quieres conocer más alternativas? El agua oxigenada es un excelente producto para desinfectar y eliminar tanto el moho como la acumulación de polvo. Basta con rociarla sobre las juntas con un spray y frotarla con un cepillo. Más agresiva pero igual de eficiente es la lejía. Dilúyela antes de aplicarla en la superficie.

Tras la limpieza, puedes usar un producto específico para blanquear las juntas. Se aplica directamente sobre las juntas de los azulejos y suele incorporar esponjas o pinceles que te ayudarán en la tarea. Déjalo secar durante media hora o lo que indique el fabricante y sorpréndete con el resultado.

Utiliza un cepillo

En el apartado anterior hemos nombrado varias veces al cepillo como el objeto que debes usar para aplicar y frotar el producto elegido sobre las juntas de los azulejos. Y es que ayuda a que la mezcla penetre más para acabar con la suciedad. Lo ideal es que sea pequeño y que las cerdas no sean demasiado duras para no arañar el azulejo. Sirve perfectamente un cepillo de dientes antiguo.

¿La limpieza no es suficiente?

Si parece que nada funciona para devolverle su aspecto inicial, puedes pintarlas con un rotulador específico. Su uso es muy sencillo. También se puede aplicar de nuevo la lechada, la capa que se aplica entre los azulejos cuando se instalan. La más barata es la de cemento y la que mejor resultado da, la de resina epoxi.

Lo primero que debes hacer es retirar con delicadeza la lechada vieja raspando. ¡No dañes el azulejo! Limpia bien la superficie y prepara la lechada según las indicaciones del fabricante. Aplica el producto con una espátula sobre las juntas. Después, es momento de retirarla de los azulejos con una esponja húmeda y de quitar la humedad con un paño de algodón.

Valora el estado de las juntas de los azulejos de tu cocina o baño para saber cuál de los productos que hemos nombrado te va a funcionar mejor. Como ves, hay solución hasta para los casos donde la suciedad se ha adherido más y no tiene tan fácil arreglo. Lo que está claro es que las juntas volverán a lucir como el primer día, mejorando el aspecto de la estancia.