Un plato de ducha es una losa fabricada en diversos materiales que se instala en el suelo del cuarto de baño. Conduce el agua hacia el desagüe y presenta ventajas respecto a una bañera, ya que, por ejemplo, permite un ahorro importante. ¿Quieres conocer todos los tipos que existen en el mercado? Así podrás elegir mejor cuál se adapta mejor a tus necesidades y preferencias.  

Platos de ducha de cerámica

Están fabricados con una mezcla de caolín, feldespato y cuarzo. Son la solución más económica y ofrecen una gran resistencia a los productos químicos, por lo que su limpieza es muy sencilla. Los posibles inconvenientes son su fragilidad a los golpes y el hecho de que no sea antideslizante. No obstante, puedes combinarlo con algún accesorio que evite los resbalones.

Platos de ducha de resina o de carga mineral

Combinan resina y mármol, por lo que son extraplanos. Su grosor ronda los 3 centímetros, siendo posible instalarlos a ras del suelo y, por ende, facilitan el acceso a la ducha. Además, al contrario que los anteriores, ofrecen una gran resistencia a los golpes y presentan un tacto cálido y antideslizante. Todo ello encarece su precio.

Existen platos de ducha de resina cuadrados, rectangulares y curvos, por lo que puedes elegir el diseño que mejor se adapte a tu cuarto de baño. Para cuidarlos y prolongar su vida útil, basta con pasar una bayeta humedecida con agua y jabón neutro por la superficie. Si es necesario, también puedes utilizar un productor antical o hacerte con un descalcificador.

Platos de ducha de piedra natural

Pueden estar elaborados a partir de pizarra, mármol o granito. Entre sus ventajas podemos nombrar las siguientes: son totalmente impermeables, antideslizantes y extraplanos; tienen un tacto más cálido que otros y una durabilidad grande; y confieren una exclusividad a tu baño que hace que nunca pasen de moda.

Su limpieza la tienes que realizar con productos especiales o jabones neutros para evitar que se estropeen, ya que son muy sensibles a los productos de limpieza agresivos. Asimismo, el material con el que están realizados hacen que no sean la opción más barata en el mercado.

Platos de ducha acrílicos  

Están compuestos por una capa externa acrílica y por otra interna de fibra de vidrio o de poliuretano. La primera de ambas es la más aconsejable. En cualquier caso, los platos de ducha acrílicos se pueden tintar de una gran variedad de colores; y se fabrican en medidas de ancho y largo adaptables. Por ello, no tendrás problema para instalarlo en tu baño y hacer que combine con el resto de elementos de la estancia. 

Asimismo, los platos de ducha acrílicos se pueden restaurar y pulir; son muy económicos; tienen un tacto cálido antideslizante; su superficie protege de hongos y bacterias, siendo una opción muy higiénica; y su dureza aguanta muy bien los impactos y rozaduras.

Como ves, hay diversos platos de duchas entre los que elegir. Todos ellos presentan una serie de ventajas e inconvenientes. Estúdialos bien y decántate por el que más garantías te dé.